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Las farmacias de Lugo alertan: «En ningún caso es sano tomar el sol de manera prologanda»

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Con la llegada del verano son muchas las personas que buscan un bronceado rápido. No debemos confundir rápido con bueno; de hecho, en la farmacia María Teresa Gómez-Barreiro señalan que: «Cada vez son más las personas que acuden a las farmacias en busca de ayuda». Es importante tener en cuenta que la piel tiene memoria y los efectos negativos del sol se acumulan y se presentan con el paso de los años. La farmacia Pintos presenta otra preocupación: «Tenemos que concienciar a la gente de la necesidad de usar protección solar». Debido a esto necesitamos saber cuáles son las diferentes opciones que tenemos para cuidarnos.

¿Aceites solares, cremas o brumas?

En los anuncios de televisión aparecen con mayor frecuencia estos productos, la diferencia entre ellos es el espesor de cada uno. En el primer caso, el aceite es mucho más espeso que una bruma, siendo esta prácticamente un spray. El formato crema tiene una textura similar a la leche hidratante aunque podemos encontrar fórmulas que contengan mayor cantidad de agua, lo que nos va a resultar más ligero a la piel. Otra diferencia es su forma de aplicación, en el caso de la bruma no es necesario extender el producto con nuestras manos, mientras que en la mayoría de los aceites sí debemos hacerlo, al igual que con las cremas. Cuando los tres productos presentan el mismo número de protección, podemos usarlos indistintamente, comentan en la farmacia María Teresa Gómez- Barreiro.

¿Qué es el SPF?

Todos hemos visto en alguna de nuestras cremas un número seguido de la etiqueta SPF pero, ¿sabemos realmente que significa? Sus siglas en inglés presentan ‘Sun Protection Factor’, (factor de protección solar), básicamente es lo bien que nos protege un producto ante el sol. Los números que lo acompañan pueden variar de 15 a 50, por ejemplo, los productos de 15 o 30 SPF se utilizan sobre todo en forma de aceite y cuando uno se quiere broncear. ««La crema que más se vende es la SPF 50, y aunque notamos que la gente compra y se preocupa más por el cuidado de la piel ante el sol, aún queda mucho que concienciar», afirma la profesional de la Farmacia Pintos. 

Fototipos de piel

Hay 5 diferentes: I, II, III, IV y V.

  • El fototipo I representa a las pieles más blancas, aquellas que nunca se broncean y solo se queman. Las personas con este tipo de piel deben acudir a un factor de protección de 50.
  • El II se corresponde al tipo de piel que tiende a quemarse más de lo que se broncea aunque puede llegar a coger algo de color.
  • El número III son las pieles que se ponen morenas sin problema y se queman muy poco.
  • En el caso del IV tipo hablaríamos de una piel morena de por sí que rara vez se quema.
  • El último fototipo son aquellas personas con una piel que no se quema nada, y suelen ser muy morenas o negras. Lo habitual es que cuanto más morena sea una persona menos debería afectarle el sol a la piel.

Tiempo recomendable de exposición al sol sin riesgos

Las profesionales de la Pintos recalcan la necesidad de echarnos crema todos los días del año, da igual que esté nublado o que haga mal tiempo. Además los expertos no recomiendan exponerse nunca entre las 12:00 y las 16:00 horas a pesar de llevar protección alta. Ese período de tiempo es el más peligroso porque es cuando hay una mayor incidencia solar. Las siguientes horas, cuando la incidencia del sol es menor, no es lo mismo que baja, recomiendan no estar más de 1 hora expuesto de manera continuada. En ningún caso es sano tomar el sol de manera prolongada, con protección alta o baja. Incluso hay personas que pueden desarrollar fotosensibilidad, por lo que su tiempo de exposición debe de ser menor.

Ana Besteiros de la Farmacia Pintos de Lugo declara: «Es importantísimo protegerse los ojos, algo que no solemos hacer a menudo. Podemos ver a mucha gente echándose crema, pero no todos llevan gafas de sol. Además ocurre lo mismo que con la piel, los ojos claros sufren más con el sol».

¿Cómo actuar en caso de insolación?

Los síntomas principales de una insolación son: dolor de cabeza, mareos, sudoración o enrojecimiento de la piel. Una vez estamos seguros de que es eso lo que nos ocurre, las recomendaciones aportadas por farmacéuticos son salir de la exposición del sol lo antes posible, beber mucha agua y comer alimentos que contengan mucho líquido como ocurre con la fruta. En el caso de que la persona sea hipotensa es imprescindible medir la tensión arterial. Cuando se presentan síntomas más severos, en el que la persona pierde el conocimiento, hay que acudir a urgencias de inmediato.

El período de tiempo habitual que tarda una persona en superar una insolación (siempre que esta no sea muy grave) es de 1 o 2 días. Hasta ese momento lo recomendable es que no se exponga al sol.

Sensibilidad en las diferentes partes del cuerpo

La zona facial, comprendiendo cuello y escote, es la parte más sensible de nuestro cuerpo junto con el cuero cabelludo. La piel de la cara es más fina que la del resto del cuerpo por lo que es más propensa a sufrir los excesos de la exposición solar: quemaduras, manchas o pérdida de elasticidad. Por eso necesitamos que el fotoprotector sea específico para cada tipo de piel (fototipos). Nuestra elección también debe depender de si tenemos piel grasa, mixta, seca o normal. 

Enfermedades más frecuentes a causa de una exposición al sol no responsable

Las más conocidas son las quemaduras solares, pero también podemos hablar del cáncer de piel, alergia al sol, fotosensibilidad, urticaria solar y prurigo solar. También se pueden ver afectadas algunas personas con enfermedades autoinmunes como lupus y psoriasis, ya que el sol puede agravar el problema y originar brotes.

Fuente: La Voz de Galicia

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